Nuestros pueblos con carácter
Bastidas medievales
y pueblos con carácter
Bastidas medievales y pueblos con carácter
Las piedras y los monumentos de nuestros encantadores pueblos componen una historia que contar a lo largo de las estrechas calles que serpentean junto a arroyos y ríos. Miradores inesperados sobre nuestros pequeños pueblos, jalonan el valle del Aveyron, los Causses y los Pechs y dibujan una bella entrada.
En el corazón de las bastidas medievales, basta con levantar la vista para admirar los detalles cincelados de las antiguas fachadas, cargadas de historia. Desde las gárgolas de la Maison aux Loups en Caylus, pasando por las decoraciones esculpidas de los pilares de la Maison Romane en Saint-Antonin Noble Val, hasta los fuertes restos del castillo de Lou Viel Castel que domina Laguépie, no faltan ideas para visitar.
En los límites de Quercy y Rouergue, Caylus domina el valle de la Bonnette desde la época romana. Con sus dos castillos de los siglos XII y XIX, sus colinas inclinadas y su lago artificial a los pies del pueblo, Caylus es una hermosa ciudad medieval. Suba al mirador de la cruz para descubrir todas sus riquezas.
Una visita obligada: Cristo y la casa de los lobos, de Zadkine.
Situado en la confluencia de dos ríos y en la unión de tres grandes feudos en la Edad Media, el pueblo de Saint-Antonin tiene una rica historia. Desde su flamante pasado medieval hasta su proyecto de ciudad balneario en el siglo XX, Saint-Antonin tiene muchas sorpresas...
Aquí nos encantan las actividades al aire libre: senderismo, equitación, ciclismo, escalada, espeleología o descenso en canoa de las gargantas del Aveyron. La cultura está viva con nuestro mercado, nuestras fiestas y nuestros artesanos. Una visita obligada: la casa románica y el mercado dominical
Nuestros pequeños pueblos
que merecen una visita
Lacapelle-Livron, un importante centro de la historia templaria con su comandería, Varen y su decanato, un sorprendente complejo religioso en un pequeño pueblo, Parisot y su lago para un merecido descanso y Verfeil, que esconde un secreto bien escondido... Un magnífico altar mayor de madera dorada del siglo XVII, donado por la abadía de Beaulieu.
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