Varen creció en el siglo X en torno a un monasterio benedictino fundado por la abadía de Aurillac. El priorato atrajo a una población. En el siglo XIX, tras el derribo de las murallas, el pueblo se expandió a lo largo de las carreteras hacia Saint-Antonin y el Aveyron. Varen creció en torno a un monasterio benedictino fundado por la abadía de Aurillac, en un fértil meandro del Aveyron. El priorato, dedicado a la agricultura, atrajo rápidamente a una población que dio origen a un pueblo medieval antaño rodeado de murallas. Tras el derribo de las murallas, el desarrollo urbano se extendió por las carreteras de los alrededores. El deanato, verdadera fortaleza, sigue siendo testigo de este rico pasado, con su arquitectura defensiva típica de la Edad Media. La iglesia de Saint-Pierre, construida ya en el siglo XI, conserva excepcionales capiteles esculpidos, mientras que algunos restos recuerdan a la antigua iglesia de Saint-Serge. Se conservan elementos de las fortificaciones, en particular la Porte du Four, último vestigio significativo del recinto. El molino del Aveyron, reconstruido en el siglo XIX, permitió incluso la temprana electrificación del pueblo en 1910. El mercado, construido a finales del siglo XIX, anima la plaza central con su mercado semanal. Por último, las casas con entramado de madera, a menudo construidas sobre plantas bajas medievales, recuerdan la importancia de la vid en la historia local. El patrimonio bien conservado y el entorno natural de Varen la convierten en un lugar atractivo para explorar.
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Tarifas
GRATIS