Verfeil-sur-Seye, ciudad fortificada fundada por Alfonso de Poitiers (1250-1269), se construyó en torno a una plaza del mercado. Debilitada por las Guerras de Religión y un incendio, fue reconstruida en gran parte en el siglo XIX. Verfeil-sur-Seye, ciudad fortificada fundada entre 1250 y 1269 por Alfonso de Poitiers, tiene un trazado ortogonal centrado en una plaza del mercado. Su desarrollo comercial se vio frenado por las Guerras de Religión y un incendio, lo que llevó a la reconstrucción de muchas casas en los siglos XVIII y XIX. Entre sus elementos patrimoniales, la casa de la cruz (1853) ilustra la arquitectura local con su armazón esculpido, mientras que la casa medieval conserva sus arcos apuntados del siglo XIII, prueba de la antigua actividad comercial. La plaza de la Courte Boule ocupa el antiguo foso defensivo y alberga el foirail desde el siglo XIX. El desarrollo del pueblo se aceleró tras la creación de la carretera departamental nº 20 (1853-1854) y la línea de ferrocarril, favoreciendo la construcción de comercios como la antigua ferretería Dujol (1898) y la guarnicionería Molinier. El mercado, reconstruido en 1887, recuerda al de Caylus, mientras que la iglesia de Saint-Pierre-aux-Liens, reconvertida en el siglo XIX por Théodore Olivier, alberga un altar mayor esculpido del siglo XVIII, catalogado en 1958. Cerca de allí, el "antiguo convento", escuela católica femenina fundada en 1842, es hoy un centro para jóvenes discapacitados. La plaza cubierta, corazón de la ciudad bastida, conserva sus arcadas, algunas de las cuales datan del siglo XIII y fueron remodeladas en el siglo XIX. El memorial de guerra (1922) rinde homenaje a los que perdieron la vida en la Primera Guerra Mundial, mientras que la casa Viguier, construida tras el desarrollo de las carreteras departamentales, es testigo de la arquitectura burguesa de finales del siglo XIX. El ayuntamiento-escuela (1883), obra del arquitecto Léopold Gardelle, pertenece al estilo de construcción escolar de la Tercera República. Por último, el lavadero y la antigua fuente comunal, construidos en 1895, recuerdan la importancia del agua en la vida cotidiana, con un lavadero cubierto todavía marcado por las pintadas de las lavanderas.
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Tarifas
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